fantasía, imaginar, duendes, gnomos, monstruos, hadas... ¡Niños!
A veces quiero ser un niño, inclenque y aventurero. Recien aprendiendo a caminar o incluso gateando. Y así imaginar y fantasear que vivo en un castillo y que soy un guerrero con espada y armadura. O de un solo color ver salir millones más y transformarme o mezclarme con ellos. Y pensar que un simple móbil con muñecos, eran emocionantes historias con diferentes personajes. Cuando chico, volar se me hacía tan sencillo con solo darme vueltas en una silla. A veces quisiera ser pequeño. Aún siento que puedo imaginar que vuelo, pero no es lo mismo que vivir sin preocupaciones, y cada día me despertaba para jugar con mis autitos y mis muñequitos de acción.
Pero hay una ventaja de ser grande. Esta ventaja me hace ser un niño, me hace imaginar, volar, reír, jugar, soñar... La única ventaja que salede la realidad. ¿Sabes cuál es?... Enamorarse. Así como yo lo hice de tí. Y sin darme ni cuenta volví a sentirme tan libre como un niño que se revuelca en el barro sin importarle nada.
Gracias, por enseñarme una vez más lo hermoso que puede llegar a ser la vida estando enamorado. Y por hacerme dar cuenta que para soñar e imaginar no necesito ser pequeño.