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Estoy confundido, sé que te dije adiós, pero porque pensé que eso era lo que tu querías. No entiendo nada, tengo miedo. Vivo preocupado de que me vuelvas a acusar de nuevo el día de mañana y me quede vacío, sin nada y sintiédome culpable una vez más. Dime ¿Por qué lo hiciste?...
Tú no me haces mal. Me hace mal que hables y quedo sin saber nada de tí. Ahora no podía dormir, sabía que tenía que hacer algo y ví tu blog.
Ayudame a entender, no se lo quieres. ¿Me quieres fuera de tu vida? si es así, dímelo. Si no, ¿Por que me acusas? Te juro que no entiendo nada, yo te amo y lo único que quiero es lo mejor para tí. Pero ayudame a entenderte.
Ahí dejaré los cuentos. Son tuyos y jamás los borraría y si pasa, los escribiría de nuevo.
