perfecta quietud, se interrumpe por rocordala a ella. Y vuelve cuando me doy cuenta que no está. Y sigo esperando algo que en el fondo sé que no volverá. ¿Y para qué esperar? me pregunto, y me respondo al instante.
Debe ser porque la amo, porque me niego a dejarla ir. Pero ¿Qué más decir y qué más hacer? si ya no queda nada más que perder. El camino del contacto casual es lo único que queda, tu lo tomaste y me lo ofreciste y yo lo tomo, al trato viejo le digo adiós y si bien el nuevo no es de mi gusto, bienvenido sea. Suerte y besos.