Oye, mira el sol, pero con disimulo que te puedes encandilar.
El otro día lo miraba, si importar quemarme los ojos, y me preguntaba, como podía ser tan radiante y potente. Me fasciné mirándolo ese día.
Y es que general mente miro la luna, que pocas veces me encandila. Pero ese día quería mirar el sol.
Pensaba si sería difícil viajar hacía allá, así como a la luna. Obviamente nos quemaríamos..
Pero si usamos un poco la imaginación..
Una ves, fui. Llevé un balde de agua para despejar un espacio, un lugar chiquito, para aterrizar. Y lo bauticé con tu nombre, es para ti. Pero esto nadie lo sabe.
De repente te habrás fijado que unos rayos iluminan solo un lugar de tu entorno o de tu habitación, es muy común. Muchos ven eso, pero tú fíjate algún día los rayos particulares que resaltan de las nubes, después de un ocaso, envuelto en las nubes, esas ocasiones cuando sus rayos parecen haber echo un acuerdo para salir en paralelo y formar rayos perfectos. Son todos para ti.
El sol, no hay que mirarlo mucho, pero uno de estos días, intenta mirarlo en sus crepúsculos.. verás que hay un lugar en el sol para ti.
